¡Me faltó decirle!

Inicia el día, por más que quise ignorar la fecha, me fue imposible hacer a un lado la celebración del «Día del padre»,  me invadió ese sentimiento; aquel que experimenté noche tras noche, luego de su partida, ese mismo dolor, aquella misma reacción de impotencia, aquel mismo momento de añoranza y tristeza.

La necesidad de verlo me llevó a buscar aquella fotografía, que al tenerla frente a mí, sólo pude decirle muy quedito ¿cómo es por allá?, ¿puede ver desde ese lugar lo mucho que lo extraño y todo lo que me hace falta?, admirando su rostro de paz, tranquilidad y serenidad; incontrolablemente un par de lágrimas resbalan por mis mejillas, y es el momento en el que mis pensamientos alzan el vuelo.

Viejito; me faltó decirle que hoy, gracias a usted y sus enseñanzas, me siento un hombre pleno, que vive intensamente, y disfruta hasta de las situaciones más insignificantes de la vida; me faltó decirle que aquella su expresión ¡cuidadito con las juntas!, hoy la entiendo perfectamente, y ya me ha servido para aconsejar con buenos resultados a otras personas; me faltó decirle que hoy añoro sentarme a platicar como lo hacíamos, comer todos nuestros antojos, que siempre coincidían, y en medio del festín, arreglar el mundo, o por lo menos vivir la hermosa fantasía de estar viendo un mundo mejor; me faltó todo el valor para decirle, que cuando ya no estuviera conmigo, me iba a doler mucho, ya que le temía al momento, pero no se lo decía, porque más temía entristecer su mirada chispeante y feliz; me faltó decirle que su ausencia me duele, que sus consejos me hacen mucha falta, y que su alegría y positivismo aún la sigo buscando por todos lados.

Hoy, me quedo en silencio por unos minutos, para elevar una plegaria de todo corazón, por aquellos padres que ya se nos adelantaron; y en especial al mío, quienes se encuentran en mi situación, me entienden cuando digo que los seguimos buscando por todos lados, los vemos en personas en la calle, de repente sentimos su olor, su presencia, creemos escucharlos; me entienden perfectamente, cuando les digo que amanecemos pensando en ir a verlo, cuando nos cae el veinte que ya no es posible, es entonces cuando nos invade ese espíritu de impotencia y tristeza.

Para todos aquellos que tiene la enorme fortuna de tener consigo a sus viejitos, cuídenlos, protéjanlos, ámenlos mucho, y siempre díganles lo que significan para su vida, y cómo se sienten orgullosos por los valores y enseñanzas que les han inculcado, ya que cuando llega el momento de tener que decírselo al viento, al silencio y al recuerdo, es cuando nos duele reconocer y decir ¡Me faltó decirle!

Muchas felicidades en el día del padre.

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