Es bien fácil ponernos a criticar a los demás, en un segundo, si no nos controlamos, agarramos velocidad, debemos controlarnos en tal sentido, ya que como seres humanos tenemos la tendencia de caer en esa mala costumbre, en ocasiones, sin darnos cuenta. Para mí, tiene mucho mérito y valor, las personas que saben controlarse, y pueden decir a tiempo ¿qué estoy haciendo? y así cambiar la actitud inmediatamente, como decía mi abuelita «si no tenés nada bueno que decir, mejor cerrá la boca, porque hasta más de una mosca podrías tragarte, por no estar controlando que la estás abriendo más de la cuenta».
Cuando hablo de no criticar a los demás, me refiero a personas con las que interactuamos todos los días, no me refiero a personajes de la vida política, aquellos personajes que sí debemos criticar, ya que los recursos que mal utilizan todos los días, son parte de lo que hemos dejado de disfrutar o comernos, por pagar impuestos, por lo tanto ahí si tenemos todo el derecho, ya que es criticar a personas que nos hacen daño, robándonos descaradamente.
En cambio, a los que no debemos criticar es a aquellos como usted y como yo, que salimos todos los días a ganarnos la vida, a luchar exhaustivamente hasta lograr lo que queremos alcanzar en la vida, por lo tanto no se vale hacer pedazos a la otra persona, antes de hablar debemos ponernos en los zapatos del acusado, y pensar en cuáles pudieron ser los motivos para que actuara de tal o cual manera; no olviden que todos estamos en constante riesgo de cometer errores, no sea implacable al juzgar a los demás, ya que mañana, perfectamente podría ser usted el que estaría en ese lugar, y sólo piense ¿cómo le gustaría ser tratado?
¡Sigamos adelante!, en la búsqueda por llegar a ser una mejor versión de nosotros mismos, gracias por hacerme parte de esa misión. ¡Así es la vida!
Razón y Libertad 